viernes, 3 de mayo de 2024

Yo Jack

YO JACK

Este es la narración de una Molécula del sistema…

Fin del diecinueve fue sentir que se estaba activando el sensor de movimiento remoro, decían por videollamada que se debía verificar ciertos parámetros ya que el panel daba cuenta de algunas fallas recurrentes de las que se había tenido registro en algunos recuentos históricos. Ahí comenzó el desafío (dos opciones: victimizarse, negar y permitir que el pesimismo se apodere de todo y dejar que otros hagan; o plantar batalla y sacar no solo lo mejor, sino primordialmente arropar con el optimismo necesario) y a la distancia no tan distante, se ve un trabajo de telar, de aquel que no sabe que tejerá, pero siente que debe hacerlo… y fueron muchas las veces de destejer y volver a tejer, de frustración de no saber pedir, el convencimiento de que se quería saber, pero por momentos raro.

Llamativamente la mente proyectó ese filme, esa película que volvía a mostrar que siempre, con más o menos dolor o pérdida, más o menos heridas, siempre el balance era a favor y eso habría camino para seguir. ¿Entonces, por qué sería diferente en esta instancia? Y la trama mostro su ensamble de sincronicidad que, solo algunos escollos intentaron flaquear el trabajo, pero la misma trama rectificó.

Pero… como en todo decir con cierta carga negativa, siempre paradójicamente o no hay un, Pero.

La Noticia que deja de ser una noticia más de un pais remoto para pasar a ser la alarma planetaria más significativa del último siglo. Covid19.  Todo se torna raro, confuso, incierto y aparecen todas y cada una de las peores miserias humanas tratando de sofocar las virtudes de los que intentan ordenar el descontrol en el sistema. La economía de mercado como era de esperar en un mundo globalizado, rápidamente logro mercantilizar la pandemia.

En los comienzos de ese bardo es que vuelven a activar remotamente sensores advirtiendo que el control no convencía, era insuficiente y debía reintentarse que descifren la ecuación en otro sitio u otro que fuese más exhaustivo en su recuento y análisis para, poder hacer el planteo de un programa que, restituya valores o los fuerce a modificar o al menos los frene; y rápidamente la pregunta fue obvia ¿en medio de este caos es necesario? o es preferible optar por el mal menor y esperar una situación de tiempo y espacio favorable. La respuesta aceptó la lógica, aunque obligada por la circunstancia y favorecida por la respuesta anticipada, producto de autodefensa. Confusa mezcla de querer saber, pero ganar tiempo, no querer sumar otro perfil, aunque se jugaba con ese límite. Fue ahí que pese a creer que sería más de lo mismo la sorpresa cambia el rumbo y la seriedad toma conciencia de esa gravedad potencial pero casi a voz cantada y cada hilada del telar reinició el tejido completando la plantilla correcta que permitiera dejar ver el presente a carne viva, la incisión fue más cruenta que la ocurrida siete años antes pero dio cuenta de que estaban registrando invasores ajenos no reconocidos por el disco rígido de algunos subsistemas que, reaccionaban poniendo en alarma al resto. Se ordenó la conexión Jack para tratar de corroborar o descartar la falla, a sabiendas que sería el determinante y a la espera, se advirtió de lo que podría tratarse, se fue muy descriptivo en lo que significaba una ruptura de la trama y se habló específicamente de lo que esa ruptura podía impactar en este sistema en particular. Aprender a hablar un nuevo idioma en curso acelerado, una lengua no registrada y con un timbre no agradable a la escucha, pero que se debía aprender al menos en líneas generales para, intentar comprender y seguir. La respuesta de Jack fue contundente, daba positivo.

Un quiebre que se debe aprovechar… capitalizar…

Vinieron las más preguntas y las cuidadosas o esquivas respuestas que trataban sostener y bajar niveles de ansiedad, y de todo eso el rígido dejaba registro que sirvió en su momento para repreguntar y dar por tierra algunas sugerencias.

 

Año veinte veintiuno en promedio. Día más de un calendario, pero vibró mostrando un sinfín de emociones y sensaciones, ya que se aturdió a la escucha sin oír tratando de mostrar fortaleza y yendo a la calle caminada sin saber que lo hacía, pero sintiendo la transformación de sentidos que activaron todos y cada uno de sus sensores en señal de alerta, permitiendo que todo sea más intenso, vivido; como si por primera vez la lente se enfocara correctamente.

Se trataba de accionar porque, la decisión de un cambio en la producción hizo que la realidad comience a mutar, haciendo que el entorno no solo desconozca lo nuevo, sino que en algunos casos hace modificaciones, reaccionando en post de retornar a la normalidad.

Como se ve, el comienzo es incierto en el tiempo. Puede inferirse por algunos comportamientos (¿estaríamos rondando el dos mil trece? ¿dos mil dieciséis?), pero en verdad no se ha ahondado como para ponerle fecha de origen a la falla.

 

Es viernes uno de abril del dos mil veintidós… ya han pasado años desde que el sistema entró en falla casi imperceptible, callada.

Siete años atrás se detectó “un algo” que activo una luz amarilla a la que se respondió de manera no muy contundente, más bien lábil y se lo consideró un “falso positivo” a seguir controlando. No obstante, se hizo un testeo en líquidos y sólidos, cuya interpretación de ese momento no fue la misma que la entendida (con mayor compromiso y minuciosidad) hace un año (¿error? ¿Impericia?), no se juzgará, pero si se intenta verbalizar.

Desde el comienzo de esta historia el denominador común fue la ansiedad y el desafío, el querer saber ante lo desconocido, el ir aceptando, entendiendo que la deconstrucción era el mejor camino, con ese algo de desenfado protector pero acogedor que me fue y me va arropando día a día.

El esfuerzo para sintetizar y no entrar en detalles innecesarios está presente.

Con el veredicto redactado y puesto en palabras, comenzaba la segunda fase, la acción, la estrategia combativa para circunscribir y tratar de aletargar los tiempos, ya que la suerte estaba echada… Hasta que se entendió que tampoco ese tiempo se detiene, solo se enmascara con algún sintético para no quemarse. Se entiende que en base a cómo se presentó y sabiendo su identidad, correspondía aceptarlo y tratar de ser quien lo invite a compartir camino.

Ya corren cinco meses en acción y la herramienta elegida no logra activar. En paralelo el tablero de mando está dando valores cuyo pronóstico indica deterioro progresivo, permitiendo que proliferen oportunistas, pequeños pulpos que al acecho aprovecharán para alimentarse. Marcando un panorama que, para los estándares son los previstos, ubicando a la fecha en fase “intermedia ll”, cuya temporalidad sigue su curso y en cuenta regresiva.

El ordenamiento o mejor dicho la “norma” se expresa desde los usos y costumbres acobijada por la queja, la angustia, la desazón, la depresión, la pena, etc. etc. etc.

¿Y qué hacer ante ese panorama de lamentaciones estériles y volátiles en el accionar?

En este caso fue recibir la sospecha como un hecho, tratando de cerrar la cápsula antes de decidir… se necesitó eso. Como en un acto instintivo, reflejo, activar sensores ya que había aturdimiento y no se quería ni debía perder el norte. Volcar en estas circunstancias sumaría un problema más a resolver y las condiciones se tornan cada vez más escasas, por el natural deterioro de toda la maquinaria, y se re-nota, se siente.

Fue un fin de semana de reflexión a solas, ansiedad por procesar tanta información, pero en calma, con esa calma del mar en Zipolite al atardecer, cuando una bola de fuego simula apagarse en el horizonte dando paso al juego de luces de la noche, sabiendo que era necesario para no entrar en colapso. El accionar se divide en teoría y práctica (información y acción), marcando un objetivo, un lineamiento del que no se debía, no se debe, ni deberá apartar. Eso para la vida de un neurótico grave es un tema, y en este caso no se trata de cualquier tema: ya que se deconstruye el hoy día a día en el camino a la fecha D.

Es así como, con bitácora en mano, observando el pronóstico, se trazan coordenadas y se vuela para entender. Llegar a la inmensidad del hielo fue reparador, una prueba, un medir fuerzas y reservas a ese momento. Se entendió que darle su lugar era aceptable, pero no más. Fue bueno.

A medida que se pregunta y se entiende, proporcionalmente desciende el nivel de ansiedad, dejando un margen aceptable para la reflexión antes del acto. Un proceso basado en un ejercicio a su vez aprehendido gracias a años de membresía sobre la mente puesta en práctica entre otras cosas, con la palabra en juego (nave insignia en todo proceso).

Moviendo las fichas sabiendo que el reloj sigue su curso sin detenerse a confrontar “maneras”, por lo que la inacción no fue ni es una opción.

Pero ¿cómo ensamblar el ritmo para encontrar la sonoridad? No se hace, no es necesario ni conveniente pretenderlo ante magna situación. Se habla desde acá, desde cómo se entiende este proceso de aceptación dentro de la acción.

La realidad cuando sorprende no está confrontando, solo sorprende. Confundir eso es desviar y entrar en una realidad paralela que hará perder el foco y por ende mentir, boicotear.

La marcha no tiene ritmo, porque cambió la lente que la mira. La marcha no tiene ritmo, porque los tiempos son otros. Ahora es esta lente que marcha al ritmo de este tiempo. Todo pasa a un segundo plano y pasa porque es la única manera en que se respeta sin sobre actual, sin sobre dimensionar, sin victimizar, sin quejar banalmente, en definitiva, sin ser obsceno.

Naturalmente se apela en busca del baluarte fílmico y en retrospectiva se acuerda con ese yo con el que se identifica y al cual respeta con todo lo que es. Eso emociona, pone en perspectiva de vida y rearma para caminar.

Preguntas sigue habiendo miles y serán más miles a medida que avance. Lo interesante es seguir preguntando, como manera de marcar la diferencia; porque diferenciando irá acompañando a ese yo que solo se necesitará llegado el momento. Se debe dar certezas de fidelidad pese al caos de lo desconocido que perturba y seguramente de un cierto miedo.

Tiempo al tiempo. Aunque consciente de lo inevitable no hay que adelantar casilleros si los dados no lo indican o indican lo contrario. Porque natural sería retroceder para reabastecer energías ya que la cápsula como es sabido no tiene autonomía ilimitada. Es la finitud en sí misma como parte del universo.

Se considera por un momento que se trata de un otro y un Yo. Lo instituido, los mandatos, para retroalimentarse necesitan de la falta, las escaseces, la insuficiencia, la miseria, y eso habla de lo no completo, hay algo que otro no tiene y que habilita, porque la necesidad de otro, el deseo de otro y las emociones de otro, dan poder. A su vez, el deseo se cumplirá cuando se logre el beneficio, mientras que las necesidades se materializan de formas diversas y las emociones entiendo serían parte de ambos.

 

El tiempo corre, sigue su derrotero.

Estamos en la semana dieciocho de iniciado el plan.

La alarma indica enlentecimiento del sistema operativo, tal cual la presencia de un virus silencioso, desequilibrio en el funcionamiento de algunos equipos y emitiendo señal de error en más de una oportunidad. Fue por lo que se decide bloquear ciertas áreas y denegar acceso a otras para ordenar y coordinar el intento de reseteo.

Es en este punto cuando la jefa de programación y directora general del área hace el comentario que no se quiere escuchas y dice: tengo entendido que de su fabricación existen dos modelos más a los que se debería convocar para hacer un acople ante la contingencia. La respuesta fue contundente, aunque sin antes dar los motivos que avalaran esa contundencia. Porque al comienzo de todo esto había sido muy clara la posición. Única opción: CALIDAD DE VIDA. Con lo cual el no fue inapelable.

Ayer sábado siete del seis terminaron quince días de dosis de potencia esencial para el crecimiento y reproducción del sistema operativo de la cápsula. Fundamental para el funcionamiento normal del disco duro, del sistema de conectividad y para la formación del combustible y de varios programas. Esas dosis juegan un papel importante en la síntesis de bases del disco rígido.

En simultáneo el veintisiete del cinco se comenzó a inyectar lo que sería un activador, cuya función principal, que no es única, es la regulación de la producción y con ello todos los procesos relacionados con la capacidad de transporte energético y la formación de energía por vía aeróbica. Esta función tan importante para el mantenimiento del sistema es lo que ha dado lugar a un gran desarrollo en el conocimiento y a que desde hace tiempo se haya conseguido sintetizarla mediante técnicas recombinantes, con lo que ha mejorado la calidad. Aun así, todos los esfuerzos realizados para conocer en profundidad los procesos de síntesis y regulación, así como los efector no han tenido en todos sus casos resultados definitivos; ya que todavía existen lagunas de conocimiento. Una de sus principales funciones es por tanto el mantenimiento de la capacidad de transporte de energía, pero últimamente también se ha visto que actúa a otros niveles.

Hoy nuevamente se hace una prueba para ver si variaron o no los valores del sistema…, rápidamente un área técnica informa mejoría en el sector Beta2 de la cápsula, quedando a la espera del resultado en los otros sectores.

Son dos las directoras de áreas que controlan la capsula. Ambas están siendo notificadas, mientras que una de ella hará indicaciones para nuevos testeos.

 

A esta altura la capsula había llegado a la ciudad de letras y es entonces que comienza a hablar, usando esas letras, a escribir, usando esas letras y así pensar…

El silencio al ser protagonista logra destacar sin tener comportamientos violentos ni traumáticos. Irá manifestando, dando indicios dependiendo el afuera y es así como comienza el laberinto de posibilidades. Es el tiempo de la montaña rusa donde la adrenalina entra en limite al colapso, todo gira y marea, son sensaciones no deseadas pero imposibles de evitar, a menos que se hubiese mentido, negando, no se quiere subir a ese juego, aunque estaba ahí. Pero como ya se habían trabajado esos campos de vida, se tuvo claro que por ahí no sería, que había invertido bastante tiempo en responder preguntas en el camino de deconstrucción y entender porques.

 

Estaba en la casa de preguntas de la ciudad de letras. ¿Cómo saber quién era quién?, si tal no era tal, pero ¿qué es verdad y qué silencio?, todo es tan confuso cuando de lo que no se hablaba se comienza a decir… La casa de letras se cae y caen los mitos y los ídolos y ceden los mandatos y se rinden las fuerzas y caen las máscaras, es otra película, otra historia con los mismos protagonistas, donde cambian de lugar y al hacerlo se reconfiguran, ya los equilibrios no existen, son fantasías de la otra escena que, se unen en las distintas letras que hoy se leen, tras haber limpiado cierto grado de ceguera, provocada un poco por no haber sido consciente cronológicamente, y otro tanto porque recién en estos tiempos fue el tiempo de limpiar ese velo opaco, raro, helado, casi anodino, pero que sin embargo, cubría la verdad a medias, que se viene reconstruyendo pieza por pieza, cual puzle al que se sabe incompleto, pero se siente la imperiosa necesidad de armar, para entender y poder resignificar. Por y para eso la corriente hizo que se esté en la ciudad de letras, donde todo depende de eso, escuchar, pensar y decir. Cualquier otra manera desviaría la atención. Deconstruir es un ejercicio, la herramienta más poderosa y peligrosa a la vez; ya que es capaz de ayudar a verse en el espejo correcto para luego acercar la luz correcta, al perfil adecuado, a la imagen que se mira; pero si se trasgrede intentando manipularlo, puede devolver un sendero paralelo que no conduce a nada y al mirar no se verá. El “adultocentrismo” habrá ganado.

Al estar en la casa de la J se puede ver que algunos muros cayeron hace muchos años, pero otros no hacen tantos, es más, de aquello se dijo muy poco, algún estruendo y mucho polvo que tarda en decantar, y de éstos los muros fueron cayendo como en cascada, en cámara lenta, como si los hubiesen ayudado a caer, pero que a la vez trataran de que no se rompan, viendo que hay muchas J en esa casa, ¿una sucesión de intentos ante la fragilidad? ¿qué juzgar? ¿para qué juzgar? No se trata de eso, se trata de entender cuál es la propia historia, no por haber vivido la vida equivocada, sino porque a partir de lo diferente, de conocer, es necesario poner las piezas en su justo lugar, porque es donde encajan y donde la vida ayudó a situar, pero que, al modificar, el prisma gira, la luz es otra, intensa, enceguece, se distorsiona, se transforma en un espejismo y lo que se mira no es lo que se ve. ¿Pero de qué y para qué sirve?, dirían transeúntes perdidos en la vida, esas otras J, sin saber que lo están, esos a los que no les gusta hablar, o si lo hacen dicen sin saber decir porque no vieron lo que debían ver, pero no apelan a la capacidad de “crear” “inventar”, eso libera, ya que de eso puede que pase algo o no, pero… prefieren buscar la respuesta en el decir del otro, en ese alguien del que se hacen dependientes por no escucharse y poder decir lo que los integra, lo que definiría su J. Deconstruir es otra cosa, es decodificar una a una todas las caras de todas esas aristas, es preguntarse sobre las respuestas instituidas, es desnudar como una cebolla, capa por capa, es miseria, es error, es dualidad, es contradicción, es dolor y es amor. Se nace en sitios que están hiper construidos y “conocer” es decodificar, es ir quitando lo codificado, así se podrá preguntar sobre esas respuestas, es cuando el adultocentrismo se volverá niño en palabras de Nietzsche.

No se trata de preguntar para saber, sino para cuestionar la respuesta instituida. Hay una frase con la que identificarse: Prefiero las preguntas parciales a las respuestas totales.

 

 

Hay un cambio en el plantel técnico, más en lo formal que en el plan, ya que sigue siendo el mismo, aunque al que se le quita más dramatismo y en eso surge una sensación de desamparo, algo así como tener que navegar con luces apagadas, teniendo piloto, pero, a oscuras. Hasta que se observa que la solvencia del control hace base para que esa sensación disminuya a valores aceptable para confiar sin dejar de censar.

 

Ya en el mes doce del veintitrés se siente que hay una estabilidad sostenida. Pero tan silenciosa que, hay momentos en donde la pintura es de un agradable espacio previo al sunami final, pero los más son de esa otra pintura que permite dialogar e intervenir como el niño al que refiere Nietzsche, quien en la casa de la Z propone pensar aún más allá, sin dejar de ver la casa de las J.

En el primer discurso, de las tres transformaciones, Zaratustra dice que el ser humano pasa por tres etapas, primero fue camello, después león, para luego ser niño. La casa de la A y de la C son vecinas. El camello lleva la carga de lo moral y del mandato, es haber soportado el peso del deber ser, pero al apropiarnos de nosotros mismos, al sentir que podemos ser amos nuestros, muestra que en la casa de la P podemos convirtiéndonos en león, nos atraviesa la necesidad del poder, no importa cual, ni cuan grande sea, el sentido es dominar a alguien, en sentirnos fuertes, hasta que en la casa L se devendrá en niño, y el niño es creación, es la figura de la contingencia, básicamente porque juega, es libre porque suelta, es libre porque olvida, entra y sale permanentemente porque jugar forma parte de su cotidianeidad, el hábil ejercicio con pluriactividad y poder de síntesis, debería ser ejemplo y no desacreditación. Para un niño una cosa no es una cosa, es también muchas cosas. El adultocentrismo de la casa A piensa a la niñez carente, por no tener voz, poco seria (le preguntan a un niño si tiene novia o cuántas novias tiene, cuando se le debería preguntar a qué te gusta jugar, se le pregunta sobre situaciones que el niño no comprende, no es de su tiempo cronológico). La vida es monocromática, el juego recupera los colores y abre infinitas posibilidades, donde los derrotados de siempre (algunas veces) ganan, donde hay milagros. Se debe deconstruir la idea de seriedad, de solemnidad, porque esa solemnidad no es tomarse las cosas enserio, es impostar una seriedad, porque tomarse las cosas enserio es recuperar la seriedad con la que jugábamos de niños, la que claramente se ve en la casa L; ya que la seriedad no tiene que ver con la rigidez de ser parte de la Matrix, es hacer explotar la Matrix.

(Y diré que uno de esos momentos ocurrió en una navidad en que alguien caro a mis afectos me regaló un bastidor en blanco…).

 

Recorrer un poco más la casa A, sin dejar de recordar su vecindad con la casa C, muestra que el adultocentrismo del león no ejerce sin los mandatos la capacidad de olvidar, perdiendo la posibilidad de hacerse la vida más interesante. Vistiendo un traje negro, si negro, porque es el color de la solemnidad, decreta con toda la carga del deber ser y los preconceptos, mientras que los niños olvidan y punto, no tienen esa joroba. Su inocencia aún cree en algunos milagros que comparte con amigos invisibles. En unos provoca angustia, en los otros es simplemente olvido.

Si nos detenemos a pensar, la niñez nos formatea, lo que nos pasa tiene que ver con lo vivido en la niñez, obviamente con suerte resignificado. Crecer es recuperar la seriedad con la que jugábamos de niños y así entenderemos que el amor es el efecto del juego de otro. Es ver el real color que cada una de las casas de la ciudad de las letras tiene, es ahí donde podemos comenzar a ver.

 

Me encuentro en esta historia y entiendo que la palabra está en juego y que son estas las reglar.

Hoy siento la vida en un momento de mirarla…, no sé bien si como en pausa o a la espera…

Pero pausa ¿por qué? O a la espera de ¿qué?

La ilusión siento que es apostar, aunque no encuentro la manera. Debo esperanzarme y así creer firmemente en ello. Eso por otro lado me proyecta y lo siento como positivo en una pausa en la espera de algo que deseo ocurra para sorpresa y entrar en un torbellino del que hace un tiempo no comulgo.

Remonto a ese estado de soledad placentera pero que no basta ya que, siento es hora del compartir, no para llenar un vacío sino para completar una cierta plenitud, esos fugaces momentos que hacen a la felicidad, porque lo he dicho, de eso se trata, de momentos no de metas.

Las profundidades, así como la superficie no dan certezas, solo activan el reconocimiento del movimiento en el trayecto, somos esa molécula de energía que necesita reconfigurar para lograr ser captada por otras en la misma sintonía. Desde la mirada de la física cuántica, el principio no es la materia sino la energía donde nada se destruye, por el contrario, se transforma como onda o como partícula, como materia.

 

Reconocer la temporalidad no es en mi un síntoma de estar llegando a la meta, me siento empático con otra cosa, como si por momento se contradijeran, pero es la realidad. El paso de los años puede que enlentezca algo, pero tambien puede que afiance mucho y ahí estoy. Aceptando cada día el modelo de ropaje, trabajando para no sucumbir en vanas tentaciones, que son muchas, por cierto, pero de las que soy consciente no me dejaran llegar sano a ningún lado y a esta altura permitir que la nave sufra una avería puede que sea fatal.

Ya lo dije tambien, tiempo al tiempo, pero que difícil se torna cada día y, temo se lea como un pesimismo incipiente, aunque aclaro no es así. La parte llena del vaso es otro estandarte que no dejaré en el camino sea cual este sea; ya que es realmente uno de los mejores baluartes que obtuve en esos momentos donde esa membresía de la que hice mención me ayudó el camino a entender. He ahí la diferencia entre estar cansado y estar roto.

 

Puede que algunos tramos se lean como redundantes de otros ya vistos, pero exprofeso remarcarlo, es donde está puesta la intención al hacerlo con la carga de lo que implica ponerlo en palabras y me emociona hacerlo, porque quiero hacerlo, necesito; a sabiendas que hay una cuota de bizarría de la que no dejaré de hacerme cargo; ya que cuando entendí ciertas cosas, aprendí que no todas son como son en cualquier contexto, y que aliviador es eso. Deconstruir para entender es justamente eso, empezar por entender. El error está en Justificar. Postular que no parezca censurable, exponiendo razones para pretender su aceptación. Tratar de presentarlo como una creencia informal, como un punto de vista o como una proposición lógica formal, ese algo científicamente demostrado. ¿Cuál sería entonces la trampa o dónde está escondida la llave? Probablemente se necesite remontar a los orígenes del tejido, ahí donde se atan los primeros hilos de la trama y así se estará en condiciones de analizar el error del punto tejido.

Es un proceso necesario para intentar encontrar respuestas…

Un camino con sorpresas de todo tipo, rico y áspero, pero valioso de ser transitado sin dejar de ver inclusive a los lados e ir asimilando; no pensar que una piedra de por sí debe ser un escollo porque puede ser una señal de que un algo no está siendo registrado. Otra mirada posible a la literalidad.

Ya casi a fin del año veinte veintitrés, es momento de desechar lastre para no consumir energía innecesariamente, momento de elegir qué queda y qué se va. He tirado coordenadas para ubicar el faro. El encontrar el equilibrio es difícil como el de concretar los sueños, un trabajo día a día… Lo importante es el ejercicio de hacerlo y seguir soñando, porque nos da esperanzas.

Aprender a elegir no es tener más, sino lo necesario para seguir firmes pero livianos, entendiendo que no es la plenitud un fin en sí mismo, sino que son momentos que nos cargan el combustible necesario y así ver que la maquinaria sigue en marcha. Porque lo que viene depende de ese camino elegido, sin dejar de tener en cuenta las contingencias a las que debemos hacer frente estoicamente.

Siempre voy atraído por las líneas puras de un minimalismo monocromo, pero el mandato me sigue ubicando en un barroco de colores de los que diariamente trato de despegar, paradoja del camino. Muchos lo podrán leer como contradicción, pero no, se trata de saber lo que nos gusta y compatibilizar con la realidad que nos toca, no desde la pasividad de la sumisión y obediencia, sino desde el deseo de intervenirla. Tampoco sea visto como un conformismo, porque si hay algo que esta matriz no habita es ese casillero. No es tan difícil de entender, se trata de ir transformando esa realidad (no lo imaginado) adaptándola.

Observar todo el mecanismo del sistema y ver como colapsan más de los que están en sintonía, exige ser objetivo en la mirada y lo más preciso posible en los acoples. La estrategia es ser parte de él sin perder dimensión del tiempo y espacio en el que se está, capacidad de ir trazando esas coordenadas que nos siguen orientando el rumbo, despojando prejuicios que pertenecen a otras matrices y no a ésta, aun reconociendo que en algún momento obstaculizaron su normal funcionamiento y detuvieron su marcha o intentaron intervenir para reconsiderar su ruta.

 

Otro tema en análisis está siendo los daños colaterales…

Hay una relación directa entre el daño con la proporcionalidad del efecto que causa, ya que al ser bastante resistente se puede sobrellevar más o menos mejor, aunque entendiendo que el estar atento al daño en sí permite que el acostumbramiento no distraiga de la avería. Un trabajo permanente que forma parte del todo al reconocerlo, más de una vez sumarlo a otro y otros, evaluarlo, captar si será momentáneo o permanente producto del proceso en sí o en relación directa al encuadre original. Todo sin dejar de atender prioritariamente lo anímico; y releo y capto una cierta melancolía en el derrotero de letras a las que les daré un guiño porque tambien está permitido hacerlo. Aprendí a no ser tan duro y el permitir es parte de eso, ablandar las aristas de la rigidez para que sus filos no terminen lastimando ni al propio ni a ajeno. La melancolía entendida como un duelo se debe dejar transcurrir, pero lo interesante es que esa “hemorragia” como la denominaba Freud, no se convierta en permanente porque el sangrado sin torniquete colapsa y ese torniquete esta dado en usar las herramientas que fuimos adquiriendo en el camino con el acompañamiento de lo trabajado en aquella membresía.

En ese camino que no siempre se lee lo que está escrito, ni se escucha lo que está dicho. Entender y oír es un aprender a no intentar pasar por la lógica propia la ajena; ya que de hacerlo lo leído o lo escuchado es muy posible que no sea lo que han escrito o dicho, sino la interpretación forzada de la individualidad de la propia lógica, con algún que otro dato (consciente o no) manipulado.

Y en la línea de este pensamiento es como se pudo procesar la información, a pesar de su magnitud que por momentos obnubilaba haciendo más empinada la cuesta del entender.

 

Ya cinco días de un nuevo año que entró a rodar con mas puntos ciegos que luces a futuro…

Es necesario proteger la cápsula de los sórdidos tentáculos que proliferan insaciablemente; haciendo del comienzo de año un espectáculo raro y opaco, casi una réplica en progreso de lo ocurrido veintitrés años atrás. Ciclicidad signada por el poder de turno.

En el giro de la rueda toca control, justo hoy al cumplirse sesenta y ocho años de la puesta en órbita…, a la espera que se trate solo de mera rutina.

 

Continuará…


Jorge Murad + gestión esta a su disposición ante cualquier consulta...