martes, 27 de abril de 2021

JUICIO DE VALOR Y PREJUICIO

OPINIÓN

Pese al paradójico juicio que se tiene sobre los “prejuicios”, la gente tiende a juzgar inconscientemente un cierto patrón de actitudes o inclinaciones de las personas.

El abordaje “personal”, obviamente “subjetivo”, forma opinión.

Opinión que habla más sobre el sujeto que la emite, que sobre el abordado, a quien se cuestiona, a quien se está evaluando, concluyendo en una aprobación o desaprobación; por cierto, sesgada por los mandatos no deconstruidos de quien yerra (por desconocimiento, mala fe, o simplemente por no entender que hay “límites a respetar”, que hay un Otro al que no se debe ignorar). El juicio de valor es un arma muy peligrosa; ya decir que es un arma denota el rango conductual del potencial portador. Ese juicio estimativo se basa, compara y concluye con la propia información que posee, calificando e interpretando a su antojo.

Se entiende claramente que la afectación es, directamente proporcional a los valores del juzgante. Por tanto, si quien es juzgado no toma conciencia y pone los límites claros, es potencial objeto de manoseo afectivo-intelectual, asumiendo su cosificación ante la manipulación. Más allá de sus convicciones, el juzgado, incorporará vivencias de la historia del juzgante, que lo ayudaran a fundamentar y sostener esos límites.

En algunos casos quien emite opinión esta tan captado por su valoración que ante un quiebre, trata de interpretarlo sin hacerse para nada cargo del mismo, sino que por el contrario trata en todo momento de justificar su comportamiento, apelando a respuestas fáciles y a comparaciones imposibles o como mínimo absurdas. Se victimiza, confundiendo un juicio de hecho objetivo con un juicio de valor subjetivo (léase: no haber entendido nada de por dónde van los vínculos, logrando de esa manera posicionarse en el lugar equivocado del feedback). Vive poniéndole etiquetas, calificaciones y juicios a casi todas las cosas. Lo hace en forma automática consigo mismo y con los demás, pero se debe diferenciar entre los hechos, un evento cualquiera que se percibirá objetivamente sin la intervención de quien lo percibe; las interpretaciones, donde aparece la distorsión, ya que el sujeto capta y filtra ese hecho cualquiera, lo traduce e interpreta según sus códigos de vida, sus mandatos y sus experiencias pasadas, no habiendo neutralidad, sino que se encuentra condimentado de sus propias consideraciones, valores, creencias y opiniones: siendo justo en este punto donde aparecen los juicios, o sea la interpretación valorativa acerca de algo, donde se asume una postura de calificar o descalificar, funcionando como un procesador de la información que termina distorsionando la realidad. No se trata del hecho en sí mismo, sino que se basa en la configuración propia de esa persona, en como está formateada, interpretando lo que la persona piensa que es ese hecho de acuerdo con su propio ombligo (disculpas por la vulgaridad).

Un juicio de valor: como me gusta o no, está bien o no, debería ser así o asao, puedo o no, etc., posiciona a alguien en una “falsa situación de poder” donde “piensa” que puede cambiar o modificar el curso de las cosas.

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viernes, 23 de abril de 2021

LA PALABRA DEVALUADA

PALABRA

No admite partición. La palabra debe ser la misma en todos los actos, sean estos grandes o pequeños, notorios como para ser recordados o simples, donde la valoración será la misma al igual que su cumplimiento.

Si se parte de esa premisa se entenderán las consecuencias de cumplir con la palabra, con esa promesa o faltar a la misma, fallando y por ende rompiendo el contrato de confiabilidad. Siendo así, la palabra, lo más importante que tiene el ser humano, tanto sea para ejercerla como para cumplirla, poniéndola en juego en todo momento, para intentar lograr ese ida y vuelta con el Otro y de esa manera tejer redes. Aunque para alguno las palabras no son más que sonidos guturales; sin embargo, para otro es la columna vertebral de la vida, donde esta en juego su honor, su honra y va de suyo su valor como ser capaz de razonamiento, pensante, humano. La palabra como tal le da significado a la existencia del hombre. Una persona que no cumple lo que dice, propone o promete, tampoco lo cumple para sí misma, y consecuentemente si se propone algo seguramente no lo logre y sus “palabras” dejen de tener “valor”. He aquí lo importante de “tener palabra”: al decirlo se debe obligar a sí mismo a hacerlo. El pez por la boca muere. La consecuencia sería la pérdida de confianza del Otro, el deterioro, el desgaste y la degradación brutal de las relaciones.

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jueves, 22 de abril de 2021

domingo, 18 de abril de 2021

María Sarkis Yazbek Murad Murad de Murad - EL RETORNO

El retorno.

 

Comenzaba un nuevo capítulo, de una heroína anónima en una guerra que la enfrentó y a la que aprendió a transitar, sortear y padecer. La guerra envolvió al mundo con un manto oscuro, de tinieblas y polvo, de sangre y desmembró lo que la creación había desarrollado como humanidad.

Tomando coraje se desconecta de esa maraña de temores que la mantenía presa, como a los otros y se lanza a rodar por algunos senderos conocidos y otros no tanto, para proveer, aunque más no sea, parte de lo que su entorno necesitaba y día a día se tornaba más escaso, por el egoísmo de los especuladores que acaparaban o los mandados a distribuir que haciendo uso de ese poder, comerciaban, enriqueciendo sus arcas a costilla de la hambruna del pueblo. Vivió y vio hasta lo que nunca hubiera imaginado. Hizo lo que ninguna mujer haría en esos tiempos y todo con el solo objetivo de sobrevivir en medio de una locura que la excedía, pero la obligaba sin consentimiento a ser protagonista, a actuar como pudiera. Fue la autodidactica de su propio camino. Mutó en su comportamiento para favorecerse, se escabulló, comerció, aprendió cuan loable puede ser un comportamiento y cuan perverso y egoísta. Se enfrentó a la difamación de sus pares y al reconocimiento y respeto de los hombres. Fue humilde pero orgulloso ejemplo de honestidad y comportamiento moral. Una luchadora incansable por la justicia. ¿Quiénes eran para señalarla? ¿por qué soportar ser prejuzgada? Es que para la mayoría su comportamiento escapaba a los cánones de una mujer, al sometimiento y la obediencia, era en esos momentos en los que estaba desconectada de la máquina, donde recogía en su camino, pedazos sueltos de libertad, para alimentar sus fuerzas, pero también era presa y sabía que si no volvía a conectar, el descontrol podría tornarse inmanejable, y tenía claro que su finitud no podría lidiar con esa fuerza, solo aprovechaba esos planos para tejer su sabiduría y destejer sus fantasmas.

El tiempo transcurría dejando huellas imborrables en su corazón, en su personalidad y en su piel cada vez mas curtida. Los años fueron pasando y el llamado no llegaba, pero no impidió que desterrara mitos y fantasmas, no se paralizó ante la impotencia y el sufrimiento, ante la desazón y el mandato. Repito. Aprendió a transgredir sin que esto significara deshonra, superó los prejuicios y enfrentó calumnias, no para justificar sus hechos, sino para enseñar su capacidad de batallar ante tal adversidad. ¿Cual? La de ser mujer.

Como muchas tuvo que escoger entre vivir una existencia de mujer, con sus alegrías, cotidianeidad, etc., y vivir una existencia de hombre, a sabiendas que, durante generaciones, esa elección ha sido cruel y muy costosa. Las religiones asumen que la mujer es inferior al hombre y es la principal promotora para que ellas acepten como algo deseable la virginidad, el matrimonio, la heterosexualidad obligatoria, la reproducción y el maltrato por parte del marido, así como la prohibición del aborto y el divorcio. Todo un combo aberrante que aun hoy cuesta deconstruir en su totalidad. Violencia extrema y más violencia. Ella mitigaba ese estatus, cuando en ese preciso giro, la falla de la máquina liberaba su flujo, volviendo a conectarla con la realidad, pequeños momentos, pero suficientes para la finitud de una vida, necesarios para no vivir un tiempo en el que no dejarían leer su historia.

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MARIA A 130 AÑOS DE SU NATALICIO

1891 - 2021




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lunes, 12 de abril de 2021

30 SEGUNDOS - LA DESPEDIDA DE UNO ENTRE MILES DE COMPATRIOTAS

La realidad en carne viva de la Covid19

Lunes 12 de abril.

Hospital Italiano.

Cama 1216... zona de trinchera.

“30 segundos”

Busco dejar algo de lo aprendido en estos días de aislamiento, búsqueda de aire, revisión de sentido bajo la pandemia. Algo. Lo que pueda.

Mientras me enfermaba el Covid encontré algo en estas salas, en estos corredores, en la mirada de estas gentes.

Una cultura.

Un pathos.

Una emocionalidad antigua. Comprometida. Algo yaciendo silente, a la par de la ciencia y la tecnología.

Una cultura.

¿Qué significa descubrir una cultura en el Hospital Italiano en medio de un ataque como este?

Mucho.

Significa, contra lo que podría pensarse, que no es el resultado de muchísimas personas. Con roles marcados, tecnicaturas, profesiones, saberes, tecnologías, destrezas.

No. No es sólo eso. Es una matriz acogedora, extraordinariamente cálida y vivificante.

No es una nave científica que va a Marte. No. Esta va a la región más desolada de tu cerebro. Al caldo primordial de donde alguna vez nos arrastramos sin conciencia. Al lugar desde donde nos asusta el final del Covid llevándose nuestro aire.

Va al lado oscuro de tu cerebro para transformarse en una llamita con algo de calor y luz. Una cultura.

Me caí desmayado por la falta de aire y la desesperación y me encontré entrampado entre los muebles de la sala donde terminé. Donde me estrellé en la caída.

Unas manitas de enfermera tiraban de mí, Bibi.

Cuando crees que ya perdiste todo escuchas el braceo enérgico de la que podría ser hasta tu hija llegando a vos.

Braceando como pudo me alcanzó. Me abracé a ella y me di cuenta de que no estaba en un páramo sin vuelta atrás.

Entre todas me acostaron, me calmaron, me dieron su aire.

Una matriz regenerativa que es la que ayuda. Un supraorganismo como un micelio gigante que sustenta, sin que nadie lo vea exactamente, los bosques que lo acompañan.

Una cultura.

Llegué dispuesto a evitar prolongaciones que arañen dos meses más de sobrevida a costa de desesperación.

No rasguñar las piedras para mí.

Bernardo y otros médicos me escucharon. Luego me pusieron una mano en el hombro y se hicieron cargo de mí. No tengo hermanos. Esto ha sido lo más próximo que he descubierto de esa relación.

Me protegió. Llamó todos los días a mi hija que amo y la contuvo. Le explicó. La protegió.

No hay palabras. Es la matriz que regenera. La que de alguna manera cargamos los sapiens cuando nos fuimos de África. Nuestra estrategia. No preguntes por quién doblan las campanas, ya sabemos, suenan por vos y por mí, hermano.

Tuve que partir al servicio de terapia intermedia. Estaba inquieto. Aparecieron kinesiólogos, médicos, enfermeros. El mismo espíritu. Las médicas llamando a mi hija y ayudándola mientras ella me ayudaba a mí.

La matriz regenerativa y matriarcal de la viejísima Europa. Cuando los pueblos como Huyuk no tenían murallas. Los matriarcados de miles de años atrás, que sostenían la cultura. Cuando las culturas matriarcales no habían sido barridas por los caballos de la edad del hierro.

Y de pronto... las manitas de Bibi, el desborde humanista y contenedor de Bernardo, la dulzura de la kinesióloga, la gente que te ayuda de todas las formas porque son una cultura que dice que sos valioso. Seguramente es cierto. Pero es porque te quieren desde lo más básicamente humano.

Una cultura regenerativa que también alcanza a los varones.

Todavía no se como saldré. Y no me preocupa tanto. Y dicho con humildad. En serio. Saldré con paz y con cariño. Está muy bien. Tengo 75 años. ¡Carpe diem para nosotros todavía!

Con estos pensamientos rondando desde hace unos años, muchas veces, me pregunté cómo quería mi salida.

Sólo quiero 30 segundos lúcidos. Para poder evocar a los que quise sin que llegue a atraparme la melancolía.

Me iré bien. Este hospital y su gente estará también en esos 30 segundos. Gracias, gracias, gracias.

Hugo Adolfo Míguez

Hugo Adolfo Míguez, experto en epidemiología psiquiátrica, investigador del Conicet, docente y consultor en temas de adicciones, dejó su testimonio desde la terapia intensiva

28/08/1945 - 20/04/2021
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