DISCULPA
Interesante
respuesta a ciertos actos, si los hay.
Usar excesivamente la palabra “perdón” casi como
muletilla tiene múltiples aristas. Bastante común es cuando se lo hace como una
manera de demostrar humildad, de evitar un conflicto o de poner fin al mismo rápidamente,
transformándose en una expresión básica o reiterada en el vocabulario de la persona.
Debería replantearse cuándo, por qué y cómo pedir disculpas, con el
convencimiento de deconstruir el mandato y erradicar la palabra “perdón” del
vocabulario diario o al menos utilizarla lo menos posible. El hombre es un animal
de costumbres jeje. Si es un “caballito
de batalla”, se perderá el significado y el poder de las disculpas sinceras,
que dejarán de cotizar en bolsa (para los más creyentes) o no convocara a
ningún meeting (para los más agnósticos), en otras palabras, decir demasiadas
veces “lo siento”, hace que el acto de disculpas cada vez tenga menos peso. Corolario,
guardar las disculpas para cuando sea realmente necesario, si es que la
gravedad del hecho lo permite, obviamente.
Si vamos por la negativa, se devalúa el
propósito de la disculpa, se devalúa uno mismo, cuando decimos “perdón” con
demasiada facilidad; cuando se utiliza para zafar tratando de solucionar situaciones,
pero no resuelve los conflictos; o cuando al hacerlo muchas veces termina
afectando la auto estima y la autopercepción de las situaciones, entre otras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Jorge Murad diseño + gestión esta a su disposición ante cualquier consulta... y agradece su visita.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.